
No necesitamos de nadie. Estamos bien así. Creemos en la verdad sin razones, creemos en la vida en sí. Se quiebran nuestros lamentos, nos morimos creyendo que estamos tan bien. Nos da igual, ¿nos da igual? Ellos no nos van a llorar mañana cuando vean salir el sol, no van a llorar por nuestro triste corazón. Pero nosotros estamos mejor que ayer. Nosotros no necesitamos ayuda. Estamos volando lejos, hacia el sol. Con el rostro tapado por una nube perezosa. Así no tenemos que ver lo que pasa abajo nuestro, porque, ¿quién quiere ver y vivir lo que está contaminando todo, destruyendo nuestras esperanzas y lo último que nos queda? Preferimos sentirnos en libertad, con los pulmones limpios, un silencio tranquilo y un aire puro que respirar.
Sin necesitar viejos calmantes, sin tener que pedir ayuda para la diversión. ¡Me río de los que mueren allá abajo! Me río de su decadencia, porque están peores que yo. Yo? Yo estoy tan bien. Tan cegada, tan alto en el cielo..
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