ríen histéricas las almas en soledad. lloran despacio las que no aman mas. al final sí fuimos gotas de un mismo río, pero nos secamos con lentitud.
4.10.08
Ella y yo.
Ella se ríe de ella, y se empieza a marear, porque el mundo gira tan rápido ahora, cuando la realidad se distorsiona con la mentira. El cielo se juntó con la tierra y las estrellas me están abrazando. Pero ella no parece verlo, porque se está cegando a sí misma con un trapo sucio, marcándose de por vida enfrente de todos. Al mismo tiempo, yo suspiraré resignada, porque se que ella no está feliz. Paso, paso, paso. Golpe, golpe, golpe. Así andamos de la mano, mientras yo lloro y ella se ríe de ella, usando una máscara de papel maché. Así es como nos mentimos día a día, y nos referimos a nuestras tristezas como un chiste más. Pero se lo que esconden sus ojos. Escucho el sonido de su dolor. Sonido tan natural. Veo su hambre de amor. Quiero abrazarla, pero se me pierde entre los brazos, y lloro desconzolada, porque no la puedo encontrar. Y si, ella se sigue riendo, ¿qué mas puede hacer? Cuando su corazón se pare unos segundos, y su sangre deje de fluir, ¿que mas podré hacer yo? Somos dos personas distintas, no puedo evitar que ella se ría y que yo llore. Ella no quiere que las estrellas la abrazen, yo no quiero sufrir. Claro, estamos jugando un nuevo juego, pero ambas estamos perdiendo de algún modo. Ella no lo nota (o, parece no notarlo), y yo, perdí las esperanzas. La partida acabará pronto. Y me quedaré sola. Ella se quedará fría. Sufriendo. Vomitando palabras, tristezas y problemas. Pero nadie sabrá escucharla. Porque yo voy a estar muy lejos, deambulando. Suspirando resignada. ¿Querrá volver? ¿La volveré a abrazar? ¿Estará su piel cálida para cuando me sonría de nuevo? Quiero espantar este nuevo miedo, pero es mas fuerte que yo. Y definitivamente, mas fuerte que ella. Débil y sola. No quiere colaborar, no me ayuda a espantarlo. Así es como me preocupo día a día, mientras caminamos de la mano, ella riéndose de ella, yo, pensando en el futuro. Viendo sus ojos tristes, sus manos frías, sus huesos calados, su humor de perros. No sabe que la amo. Y que me quiero reír de ella. Pero las estrellas me están aplastando, nos están separando. Ambas buscamos la felicidad. Pero vamos por caminos muy distintos. Estoy segura que ella está equivocada. Dobló mal, y con su orgullo bien en alto, no sabrá regresar. Pronto será muy tarde, el juego habrá acabado y estará perdida. No se que hará en ese entonces. Prefiero taparme los ojos con el mismo trapo sucio de ella. O ponerme una máscara de papel maché. Así, para que nadie me vea sufrir. Para que ella no se enoje al ver que estoy preocupada.
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2 comentarios:
Sos muy cruel. Sos tan cruel.
Soy muy curel. Soy tan cruel.
Si lo se, soy crueeeeel.
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