27.12.08

- Qué te pasa?- dijo ella sin mirarlo. Sus ojos seguían fijos en un vacío inexistente. - Me creíste cuando te dije que no iba a fumar nunca??- rió irónica y vacíamente. - Nunca creas nada de lo que digo. Constantemente estoy mintiendo.
Leo la observaba detenidamente sin decir nada en lo absoluto. Estaba impresionado. Ella era todo lo destructivo que existía sobre la tierra. Era como un veneno dulce, irremediablemente exquisito. A lo largo de su vida, jamás había conocido a alguien como ella. Fue entonces cuando notó que si seguía con aquello, ella iba a terminar matándolo. Una llama incontrolable había despertado la pasión dentro de Leo, y supo que estaba destinado a enloquecer por Penélope.

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