
Hasta el incansable-rechinido-de-la-puerta no le molestaba.
Se caía enfrente de todos, y no le molestaba.
Se reían de su persona, y no le molestaba.
Nada le molestaba. Estaba tan feliz.
Se caía enfrente de todos, y no le molestaba.
Se reían de su persona, y no le molestaba.
Nada le molestaba. Estaba tan feliz.
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