16.2.12

Escuchó el 'dingdong' del teléfono celular, y manoteó con los ojos cerrados hacia su izquierda, buscando a tientas el aparato que yacía sobre la mesa de luz.
La luz azulada iluminó la habitación cuando lo abrió.
Las palabras del mensaje de texto se vieron borrosas en la pantalla, por lo que sacudió la cabeza un momento y pestañó hasta ver con claridad. 4 menos 20 de la mañana, mensaje de Violeta.
-Mamá, mamá, dónde estoy? Mamá perdón!
Las luces de la casona de Santa Rosa se prendieron en aquella madrugada del 21 de abril.

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