Desistió. Y lo hizo por el bien general. Vaya uno a saber porque le decían egoísta.No se quejó, prefirió revolcarse sucia y asquerosamente en su falsa indiferencia. Y dejó atrás lo que había sido su vida feliz, para internarse en lo fatal estructurado. Y no abrió los ojos nunca mas.
Se denominó como una persona cruda pero realista, a la cual las opiniones no afectan su forma de ser. Una persona supuestamente inteligente y racional, pero que en realidad era sumisa, torpe y desleal. Desleal a su pasado aventurero, y a las historias que sus manos morían por narrar.
Desistió mil veces. Lo hizo por todos, eso quiere creer. Aún así y en secreto, al oler sus perfumes exóticos y acariciar las hojas amarillas con sus dedos ásperos, volvía a ser quien se supone debía ser. En la oscuridad de la madrugada, y ante los ojos del silencio, se ponía la piel de su vida. Viajaba en ríos de tinta negra y se perdía entre letras, que formaban palabras, y éstas historias sin sentido.
Desistió y mintió vilmente. Porque en secreto se llamaba escritora, y jugaba con las frases, entre ríos de tinta y barcos de papel amarillo. Y siempre al amanecer dejaba su vida para internarse en la realidad. Sus historias quedaron en el tiempo, ¿y le decían egoísta?
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