7.3.18


Caminás rápido, apretando mis dedos entre los tuyos. Yo me dejo llevar, en silencio. Muy a menudo estamos en silencio, noté el otro día. Me gusta, porque no es uno de esos baches incómodos que necesito llenar con palabras innecesarias. Es un silencio que fluye, que me resulta natural. Es uno que me gusta porque me da mas tiempo de contemplar.

Me gusta, también, eso de poder mirarte en silencio. Te miro de perfil, cuando estás con el celular,o mirando una película. Tenés una nariz perfecta, unas orejas enroscadas y chiquitas y miles de pecas. Que lindas me resultan tus pecas. Te miro de frente, cuando te quedas dormido abrazándome de costado, y me doy cuenta de que tus pestañas son inmensas, que se acuestan en tus pómulos. A veces no puedo evitar con un dedo recorrer tu perfil, rascar tu barba, entrelazar los dedos entre tu pelo. 

Me gusta que cada tanto me acaricies la espalda o apoyes tu cabeza en mi hombro, me da confianza y seguridad. Es que como a menudo estamos en silencio, ese gesto tan chiquito me dice el universo entero.

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