17.8.19

Esta lluvia la convoqué yo.

A veces me gusta el rugir de la tormenta (es que siempre la precede a la calma).
Hoy mi calma parece no llegar; se perdió en un rincón de la capital federal, en alguna zona cercana a Libertador. Hoy deambulo por el aire, floto, me pienso, te reflexiono ¿Es esta tormenta necesaria? Me pregunto, también, si en Nuñez ruge tan fuerte; tan fuerte como para espantar tu propia calma.
¿Estará tu calma en Munro, quizás?

Anoche soñé otra vez con él, su mamá, su hermano. Me devolvía el libro que sigue teniendo guardado. No me hablaba; en mis sueños ya no me habla. En mis sueños tampoco sonríe.

En esta tormenta quiero salir corriendo a buscarte. Quiero ver si estás abrigado, esperando que pase y que llegue tu calma.
Después salgo y veo lo fuerte de esta lluvia y decido que no vale la pena.
Tal vez es sólo cuestión de ESPERAR.

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